La leyenda dice que Baco se enamoró de una bella joven y que por celos, Diana la convirtió en piedra. Baco muy triste lloró y al llorar cayeron sus lágrimas sobre la piedra, convirtiéndose ésta en una piedra de un bello color, la amatista.
Los griegos y romanos creían que la amatista, por influencia de Baco, protegía a quienes la portasen de los efectos de la bebida. Hacían los vasos de amatista, creyendo que de esta forma no se emborracharían.
Germán Vega