Estafar es un delito, pero, ¿qué pasa cuando el que estafa está muy bien armado?

Estafar es un delito

¿Pueden ser falsas parte de las reservas de oro de muchos países?

Es habitual que los estados se envíen reservas de oro entre ellos para ajustar sus balanzas comerciales. Estas transacciones suelen estar supervisadas por la London Bullion Market Association (LBMA).

En octubre de 2009, China recibe una importante partida onzas de oro cuyo origen era EE.UU (Fort Knox). Los mencionados lingotes fueron fabricados durante el gobierno de Clinton y encargados por los banqueros de la Reserva Federal. El total de los lingotes fabricados se estima entre 1,3 y 1,5 millones de unidades. El peso de las barras era  de 400 onzas (12,44 kg). Cada una de estas barras a precio de hoy constaría casi medio millón de euros. El cargamento que recibe China fue de 5.600 lingotes. Se le hacen pruebas y descubren que eran barras de tungsteno recubiertas de oro.

Los chinos, que algo saben de falsificaciones, detectan el fraude. Son listos y no parece ser tan fácil poder engañarlos. Por otro lado: ¿quién podría pensar que el mismo Gobierno de EE.UU y la Reserva Federal podían estar pagando su deuda externa con lingotes de oro falso?.

¿A cuánto puede ascender la estafa y cuantos lingotes falsos puede haber en el sistema financiero mundial?

Es incalculable. Por otro lado, si el que los fabrica es la FED con el beneplácito del Gobierno de EE.UU y Londres, el estafado, no puede hacer mucho.

El gobierno americano se desentiende y elude responsabilidades, se buscan culpables con nombre y apellido. Se sabe quien compró el tungsteno, se sabe donde se fabricaron los lingotes falsos, se sabe cual es la producción anual de oro en mina de EE.UU y que no cuadra ni por asomo con la cantidad de oro lingotado en esas fechas. También se conoce el paradero de los lingotes falsos y ni se cambian ni se tiene ninguna intención de hacerlo en el futuro, que para eso y por eso, es Estados Unidos el país mejor armado del mundo.

Si bien los chinos no quisieron ese oro, otros países si lo tienen en sus tesoros y seguro que inundaron los mercados de futuros de oro.

Que hay mucho oro falso en los mercados, es evidente. Si tiene el calificativo: “Good delivery” (buena entrega), ni se toca y puede pasar de un comprador a otro un número indeterminado de veces sin salir jamás de una cámara de seguridad.

Hasta ahora hemos hablado del oro que debería estar y no está. También existe en cantidades nada despreciables el inverso: el que no debería estar, pero está guardado. A este último lo llamamos oro negro y permanece fuera del mercado; en Filipinas, por ejemplo, se sabe de una inmensa cantidad de oro guardado y fuera de las finanzas. Alguna familia real y otras no tan nobles, tienen también depósitos de oro no contabilizado o sin sello de una determinada refinería. Extraoficialmente, esta cantidad de oro negro es tan grande que pudiese ser suficiente en un momento determinado para respaldar los dólares  emitidos hasta el 2008.

¿Hasta qué punto las reservas de oro oficiales no son ciertas?

Nos han engañado tantas veces, que ya dudamos de todo lo oficial. En pleno siglo XXI, surgen personas que dudan hasta de que la Tierra sea redonda y se matan con la razón de una Tierra plana. Claro que no tienen razón, los orbes celestiales son esféricos, pero tras décadas de engaños de los que tienen autoridad, ya no nos fiamos de nada ni de nadie. Tal vez sea bueno empezar a cuestionarse todo y partir de cero..

Los datos oficiales de las reservas oficiales de oro de los diversos países tampoco cuadran:

Se dice que EE.UU tiene 8134 toneladas y sabemos que no tienen ni para hacer un anillo, si acaso, tungsteno. Se dice que Alemania tiene 3365 toneladas y de ellas la mitad en EE.UU, entonces, tendrá la mitad. Por decir, se dice que Francia tiene más del doble de oro en sus reservas que China, se le asignan a Francia unas reservas de 2435 toneladas y a China solamente 1054.  Hay documentos que muestran que en tan solo 7 meses del año 2012, China importó 458,6 toneladas de oro y sin embargo declara una cantidad total y que no se mueve desde el 2009 con tan solo 1054 toneladas

Un lingote de oro es muy difícil de analizar con métodos no destructivos, requiere un costoso equipamiento solo al alcance de unos pocos. Los lingotes falsos pasaban todos los test, hasta las pruebas de rayos X. La única forma posible y 100% fiable de analizar un lingote de oro es fundirlo, con lo cual se destruye el lingote, se pierde el sello de la refinería, su número de serie y pasa a ser algo diferente. Al hacerle unos taladros y analizar las virutas, se estropea el lingote y ya no sería aceptado en los mercados financieros, Analizando las virutas simplemente se puede decir que esas muestras del lingote tienen unas características determinadas, pero no se puede hablar del resto del lingote. Hay lingotes que tienen en el interior bolas de otro metal diferente. Si el número de bolas no es demasiado elevado, la probabilidad de toparse con una incluso al hacerle 2 ó 3 taladros no es alta.

¿Cómo se analiza el oro?

Hay métodos destructivos y otros que no dañan la pieza, también los hay más o menos fiables.

Partiendo del hecho de que el único método 100% seguro es fundiéndolo (copelación), los demás, pueden dar unos resultados más o menos seguros. Fundirlo, no suele ser viable.

Si tenemos un anillo y queremos cerciorarnos de que es oro o cuánto oro tiene en su composición, está claro que fundirlo o hacerle taladros, no es viable, por tanto, hemos de recurrir a otros métodos que no lo dañen, o al menos, mínimamente.

El oro tiene unas características muy especiales: en su estado puro, (24 quilates) tiene un elevado peso, un color característico, reconocido por todos y es blando, se puede rayar hasta con la uña. Un primer acercamiento visual y tanteando su peso, aporta ya información. No es un metal magnético, no ha de ser atraído por un imán.

Si se trata de oro puro, un análisis frecuente, es aplicar el conocido principio de Arquímedes. Se pesa en seco y se pesa sumergido en agua, de esta forma sabremos el peso y densidad de lo pesado, pudiendo saber de que elemento se trata con muy poco error. La densidad del oro es muy alta (19,32 g/cm3), es casi tres veces más pesado que el hierro. Se dice: “Eres más pesado que el plomo”, pues se podría decir: ‘Eres más pesado que el oro”, ya que la densidad del oro es superior a la del plomo (19,32 frente a 11,34). El problema de este análisis surge si en el interior de la pieza hay un elemento no magnético como wolframio (tungsteno), cuya similar densidad (19,25 g/cm3), puede hacer pasar la pieza por oro. Hay otros elementos de densidad similar, como el uranio, pero presentan el inconveniente de ser radiactivos.

Una forma muy común para analizar si algo es de oro y en que proporción, es el frecuentemente utilizado en joyerías y tiendas de “compro oro”. Se trata de rayar la pieza contra una piedra de toque y hacer reaccionar las virutas del material con una solución de ácido. Esto nos indica si por ejemplo es oro de 14,18 ó 24 quilates al reaccionar o no con el ácido correspondiente. No siempre queremos rayar nuestra pieza y si el rayado no es profundo, corremos el riesgo de que debajo de una capa de oro haya otro metal diferente.

Análisis por rayos x (espectrometría de fluorescencia): requiere máquinas de elevado coste e incluso si hay una capa de oro de un determinado espesor, los rayos x, no pasan al interior. Este análisis se completa con ultrasonidos, que nos indican la homogeneidad de la pieza.

Este método es el utilizado en los aeropuertos para saber si un viajero porta oro en una cantidad no habitual. Al pasar por la máquina aparece algo de un blanco muy intenso, puede ser plomo u otro elemento de muy  elevada densidad, pero si un viajero sale de Ecuador, Colombia, etc. y en su equipaje se detectan unos lingotes de un metal muy denso, casi seguro que no es que el viajero porte unos lingotes de plomo.

Existen muchos métodos de análisis, pero esto, no va de manual de química.

Los lingotes de oro fundido no tienen ese aspecto pulido y brillante que nos muestran en las películas. Si bien las refinerías se esmeran en darles un aspecto agradable, presentan las imperfecciones propias de algo simplemente fundido y vertido en un molde donde se solidifica. También vemos en las películas, como alegremente una persona carga con una caja llena de lingotes de oro como si de paja se tratase. Si llenásemos una garrafa de agua de 5 litros con oro, la garrafa pesaría casi 100 kg. Sin embargo, si hacen bien eso de morder la pieza. Si es oro puro, los dientes dejarán la marca.

Si son lingotes de gran peso, se suelen verificar siguiendo cuatro pasos. Los tres primeros para todas las piezas al no ser destructivo y el cuarto de forma aleatoria para un número determinado de piezas:

  • Pesado de precisión. No necesariamente todas las barras pesarán lo mismo
  • Mediante rayos x se verifica la composición superficial del lingote. No es exacto al 100% el análisis, pero aproxima en más de un 95%
  • Por ultrasonidos se comprueba que la composición del lingote es homogénea.
  • De forma aleatoria, en algún lingote, se taladra y analizan las virutas mediante fundición de las mismas y este es el verdadero análisis concluyente. El oro fundido puede servir para rellenar los huecos y tras un pulido, el lingote puede quedar en un estado muy aceptable.

El porcentaje de oro para ser considerado oro fino será igual o superior a 995 partes de 1000

Tungsteno (también conocido como wolframio)

Es un metal escaso y raro en la tierra, con unas propiedades muy especiales para la industria.

Comencemos por recordar que fue la salvación de España tras la Guerra Civil. Sus mayores yacimientos se encuentran en la India, China y Birmania, pero en la Segunda Guerra Mundial, Alemania tenía cerrado el acceso a estos mercados por el bloqueo naval británico. Con suerte para España y Portugal, tenemos yacimientos de wolframio y Alemania lo necesitaba encarecidamente para la industria armamentística. España vende a un elevado precio el preciado metal a Alemania. EE.UU decide comprar a cualquier precio todo el wolframio que España produzca para que no caiga en manos de los alemanes. Lo que hacemos los españoles es vender oficialmente todo el wolframio a EE.UU a un precio desorbitado, y en secreto, producir más, abriendo nuevas minas para vender también a los alemanes. Cuando la situación es insostenible para los americanos y viendo que por mucho que pagasen, siempre tendríamos más, se ven en la obligación de amenazar a Franco con suprimir a España las ventas de petróleo si no cambiábamos de política. En estos años le va tan bien a España que pasa de una ruina total a tener una nada despreciable reserva de oro de 62 toneladas en nuestro tesoro y alguno no muy legítimo, ya que procedía de expolios. Nuestra suerte cambia cuando finaliza la Segunda Guerra Mundial, no devolvemos el dudoso oro y nos aíslan. Son los famosos años del racionamiento.

El tungsteno es el elemento que se funde a más alta temperatura (5.555 oC), por eso se utiliza para los filamentos de las bombillas de incandescencia y otras muchas aplicaciones de la industria. También es extremadamente duro.

Incluso puede ser el metal del futuro en la joyería por su durabilidad, aspecto, no causa alergias y aleado en pequeña cantidad con el lantano tiene un aspecto dorado que “da el pego”. Como contrapartida, es difícil de trabajar, pero su precio es considerablemente más bajo que el del oro. Cuesta lo mismo un kg de oro que una tonelada de tungsteno.

La resignación de los países

Alemania tiene casi la mitad de su reserva de oro en la Reserva Federal. En repetidas ocasiones ha demandado la repatriación de sus reservas y la respuesta es no y solo empezar a repatriar algo a partir de 2020. No puede repatriarse lo que no existe. En el 2014, Ángela Merkel, desiste de un imposible  y hace público el siguiente comunicado: Los estadounidenses están custodiando bien nuestro oro. Objetivamente, no hay ninguna razón para desconfiar. Este argumento no convence a los alemanes que tienen sólidos motivos para pensar que la Reserva Federal ha gastado el oro de los países que lo habían depositado allí una vez finalizado el suyo propio.

Las presiones hacia EE.UU fueron tan fuertes y el haber gastado el oro que no era suyo los puso en una situación tan vergonzosa e injustificable que la solución superó al problema: crear millones de lingotes falsos, pensando en que nadie los analizaría al proceder de la FED y que simplemente viajarían de una cámara de seguridad a otra.

No fue China el único que ha detectado lingotes falsos. Pero pensemos que hacemos la mayoría de los humanos cuando nos percatamos que nos han dado un billete falso: si podemos, se lo “emplomamos” a otro y asunto resuelto. Si el que fabricó el billete falso fue el mismo gobierno, la situación es muy fuerte y no tendríamos nada fácil reclamar.

Hasta dónde puede llegar la ingenuidad de los estados

La historia demuestra que el oro que sale de un país, raramente vuelve. En España sabemos algo al respecto. Pero increíblemente, se siguen cometiendo una y otra vez el mismo error. En marzo de 2014 Ucrania alegando poner su oro seguro lo envía a EE.UU (ya había problemas con el oro alemán, pero increíblemente, mandan su oro a Estados Unidos y seguro que no volverá nunca). Pues bien, a sabiendas del problema chino, México en el 2011, compra oro por valor de 4500 millones de $USA (100 toneladas) al Banco de Inglaterra. No comprueba el origen de los lingotes, no pide una lista de las barras, con sus características y número de serie. No examinan donde están guardados. Suponen que en algún lugar de Londres, estarán guardados. El oro sigue en Londres y tal vez México haya pagado 4500 millones por un papel. ¿Cómo un estado puede depositar su oro en otro estado a sabiendas de lo que ha pasado siempre a lo largo de la historia?. Aunque parezca mentira, los políticos no aprenderán nunca. También nosotros tenemos culpa, los elegimos con la cultura justa y no suelen saber mucho de historia.

En 2014 se le pide cuentas sobre el oro a las autoridades mejicanas de Banxico y éstas, afirmaron que: desconocían el número exacto de lingotes y que continuaba en un banco de Londres.

La élite financiera del planeta tiene auténtica obsesión por hacerse con el total del oro mundial. No es sencillo entrar en cuales son las causas de esta fijación. Por poder o dinero, no es. Sus decisiones son las que realmente nos gobiernan a todos y dinero, lo tienen todo, incluso hasta la potestad de imprimirlo a su antojo. Hay teorías para todos los gustos, pero lo cierto es que al final de cada ciclo económico se recoge la cosecha de oro.

Recordemos como en España, en nuestra Guerra Civil, se recolecta no solamente el oro del Banco de España, se incauta cualquier cantidad por pequeña que fuese incluso el de las casas de empeño y es puesto a buen recaudo. Lo mismo se hace en las grandes guerras. Un ingrediente que no falta en ninguna guerra es apoderarse del oro que está en manos privadas.  En Estados Unidos en 1933, el presidente Roosevelt prohíbe a los ciudadanos poseer oro en monedas, lingotes o certificados de oro. El oro se entregaría en cualquier sucursal de la Reserva Federal y se cambiaría por dólares papel. No cumplir esta ley estaba penado con 10 años de cárcel y 10.000$ (que en esa época era una autentica fortuna). Cabe recordar que fue un robo, nunca una nacionalización, ya que la FED ni tan siquiera es pública, es un banco privado. Esto ha ocurrido tantas veces en la historia, casi como crisis ha habido y nos podemos remontar al año o siglo que elijamos.

¿A nadie le ha resultado curioso como en esta última crisis proliferan de la noche a la mañana cientos de tiendas de “compro oro”?. Cualquier pulsera, anillo o pendiente es recogido, convertido en papel moneda e inmediatamente mandado a fundir a las refinerías de siempre. Hasta el oro de las abuelas fue recogido a los ciudadanos. No se pierde nada. Los mortales normales no hemos de tener oro. Si nos quitan la liquidez, y pueden hacerlo en cualquier momento, aflorará el oro en manos de los particulares para obtener un poco de efectivo.

Recordemos como EE.UU se apropia de las reservas mundiales de oro y un día su presidente Nixon en 1971, comunica al mundo que a partir de ese momento, el dólar ya no estará respaldado por el oro y unos años después, nadie sabe como, estas reservas de oro han desaparecido.

Aunque siempre ha estado a la vista, nadie había reparado en la mayor metrópoli de la antigüedad. Se sitúa en África (Sudáfrica, a 150 km de Maputo). Construida hace 200.000 años. Los arqueólogos están desconcertados, no pueden explicarlo. Desconocen quien la construyo. No pueden explicar ni su antigüedad ni tampoco su gigantesco tamaño. Tampoco pueden explicar que la ciudad se desarrollase entorno a una mina de oro. Parece ser que la historia del oro es tan antigua como la de los primeros habitantes de nuestro planeta, fuesen lo que fuesen y tener oro de verdad (no en papel o falso) es, fue y será un buen negocio para el afortunado que lo posea.

Germán Vega – Agosto de 2016

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