¿Cuándo sube el precio del oro?

¿Cuándo sube el precio del oro?

¿Cuándo sube el precio del oro?

Alguien dijo: “Tienes mucho oro: eres rico, estás empezando a tener oro: estás empezando a ser rico”.

El oro sube o baja de precio según unos determinados escenarios económicos.

Independientemente de su cotización puntual, todos los inversores saben que es un activo excelente contra la inflación. Es un bien limitado e históricamente valorado.

Claro está que, mientras la base monetaria ha crecido desde el 2008 un 400%, el oro, con mucho esfuerzo minero sólo ha podido incrementar un 1,5% por año su producción. Hay mucho más dinero en el mercado y poco más oro que hace unos años. Este dato de tanto sentido común es suficiente para entender que el oro seguirá subiendo de precio y a un ritmo elevado.

Independientemente de esta consideración y de otras, tampoco despreciables, hay 3 circunstancias que hacen que el precio del oro aumente en mayor o menor medida:

Una deflación extrema, incertidumbre financiera y tipos de interés negativos.

1- Deflación

Con una deflación baja, el precio del oro puede estancarse o bajar levemente su cotización, pero con una deflación superior al 5% y prolongada en el tiempo (el peor escenario para los bancos y administraciones, razón por la cual tratan de evitar esta tesitura a toda costa), el precio del oro se disparará.

Ésta situación no es fácil, los bancos centrales tienen la herramienta perfecta para erradicarla de forma instantánea, pero un día, saldrá mal. ¿Cuál es la solución?, muy sencilla, los bancos pueden causar inflación en un solo día. Ellos controlan el precio del oro.

Fijación del precio del oro:

Hasta hace muy poco tiempo, el proceso era más que sospechoso. Cinco grandes bancos, dos veces al día y por llamada telefónica, fijaban el precio de Londres, el más usado internacionalmente. Ésta forma de fijación del oro es, desde información privilegiada, hasta otras cosas más serias. Hoy en día, la fijación es electrónica y participa algún que otro miembro más en este privilegiado club (aunque no los suficientes tratándose de decisiones tan serias para la economía). El tiempo dirá si es el nuevo sistema más transparente e impide manipular el precio.

Retomando la deflación; sólo han de disparar la cotización del oro a límites exagerados y el problema se ve solucionado, ya hay inflación. Esto sucede porque, al momento, subirán también las otras materias primas como el petróleo y todo lo demás. Los nuevos precios se ajustarán muy rápidamente. No dudarán en aumentar considerablemente, en un instante determinado, el precio del oro, dando comienzo al ajuste, aunque la lectura real no sea que aumenten el precio del oro, la verdad es que lo que hacen es bajarconsiderablemente, el valor de la moneda.

 2- Miedo financiero

La falta de seguridad en las finanzas es uno de los mejores escenarios para elevar la cotización del oro.

En un principio, el oro baja ligeramente de precio, ya que aparentemente es un momento adecuado para comprar cosas a buen precio. Empiezan a aflorar los inversores débiles, los cuales creen que hay margen de ganancia, aumentan las deudas y ruinas. Cuando se han desplomado los precios, el oro es un buen valor de refugio mientras escampa. Pero entonces aparecen los grandes, los de siempre, y recogen beneficios. Compran a precios de ganga, acaparando las riquezas y vuelven a estabilizar los precios (al alza, siempre podrán ganar aún más), termina el miedo, ya han estabilizado los precios, ya son más ricos, ya no es necesario el oro como valor refugio. Todo marcha y se inicia otro nuevo ciclo económico.

 3- Intereses negativos

Los bancos centrales bajan los tipos de interés a valores muy bajos, a cero y más tarde negativos. En esta coyuntura, el precio del oro también se dispara. El dinero no produce beneficios y nuevamente el oro es lo más interesante para los inversores.

Los bancos centrales han de generar, como sea, inflación; incluso llegando a intereses negativos.

Vemos pues, que para que el oro no suba de precio es necesaria una economía de ensueño, una economía donde se crezca por encima del 3%, unos intereses del dinero ni altos ni bajos, sin grandes inflaciones o deflaciones, donde todos vivan felices y creciendo. ¿Es posible este escenario?; la respuesta es un tajante no. Ellos tienen toda la información, todos los medios y todas las herramientas. Viven de crear ciclos económicos y repetirlos una y otra vez.

No se debe olvidar que el dinero es deuda, que cada vez que se crea una deuda se crea su equivalente en dinero. Sólo se crea oficialmente el dinero de la deuda, no de los intereses. Esto es un serio tema de reflexión, nunca podrá ser devuelto el dinero de la deuda total porque, simplemente no existe, es necesario crear deuda continuamente o se terminaría el modelo económico tal y como lo conocemos.

La economía se basa en una creación de ciclos económicos que se repiten constantemente y siempre funciona. Estos ciclos se componen de tres etapas:

En una primera etapa, conceden muchos préstamos, circula gran cantidad de dinero, bajan los intereses, animan al consumo, a invertir, a comprar nuevos bienes, hay mucho trabajo, las empresas tienen mucha demanda de pedidos.

En una segunda fase, cierran el crédito, crean una crisis, desaparece el trabajo al no haber dinero en circulación y las empresas no tienen pedidos. Comienza el paro y los cierres de empresas.

En una tercera fase, se termina la alegría, comienzan los impagados y los embargos. Se quedan con las casas, las fábricas, las minas, que si son de verdad, no apuntes en el ordenador y aumentan de forma espectacular su riqueza.

Es sencillo analizar lo que ha pasado recientemente con la burbuja inmobiliaria, como obedece clarísimamente a este esquema:

1-    Alegría, muchas hipotecas, sin mirar demasiado a la solvencia y al valor real del inmueble. Todo funcionaba correcta y favorablemente.

2-    Empieza el susto, se cierra el crédito, ya no se pueden pagar las hipotecas, no hay trabajo.

3-    De susto se pasa a desgracia, comienzan los impagos, los embargos y recogen sus beneficios, comienzan a materializar su premio y se quedan con las viviendas, que como hemos dicho antes, si son de verdad, fruto del trabajo, no apuntes en un ordenador.

Al cabo de un tiempo, propiciarán una nueva etapa en fase uno, pero habrán incrementado grandiosamente su capital por nada y a cambio de nada.

Aunque la mayoría de las personas lo conoce, quiero aclarar para esa minoría que lo desconoce, cómo funciona un préstamo bancario:

Cuando vamos al banco a pedir un préstamo para esa vivienda de la que hablábamos, creemos que no tenemos dinero y el banco si. Primer error. Nosotros no tenemos dinero y el banco tampoco. Ese amable director de nuestra agencia bancaria nos redacta un sofisticado y abusivo contrato en el cual dice que nosotros debemos una determinada cantidad de dinero que prometemos pagar en cómodas mensualidades. Una vez firmado el documento, nuestro banco lo pasa al “Banco de los Bancos” y éste, por arte de magia crea esa cantidad de dinero basándose en nuestro compromiso de pago. Desde ese momento aparece esa cantidad de dinero en circulación, siendo un simple apunte en un ordenador, ya que ni se imprime (necesitarían muchos meses de trabajo las fábricas de moneda para fabricar tantos billetes, sólo una pequeña cantidad de dinero en circulación tiene soporte en billetes o monedas). Ésto hace entender como cuando ellos mismos ponen las cosas desagradables (fase 3), se quedan con nuestra vivienda por nada y a cambio de nada. Nuestra vivienda es real y una necesidad, no es un apunte en un ordenador.

Hemos de cambiar la estructura de nuestra economía. ¿Cómo?, tal vez podamos hacer mucho, de entrada ellos son unas pocas familias y nosotros somos muchos millones. El oro físico es un buen medio como forma de ahorro, e insisto, físico, ya que en papel hay vendido mucho más oro del que existe. Dicen que nos lo guardan en sus seguras cámaras acorazadas para que esté seguro y es en lo único que tienen razón; está seguro, nunca nos lo robaran, más que nada porque no existe. Sus cámaras estás vacías y este será otro gran escándalo cuando sea la mayoría consciente.

 © Germán Vega – 2015

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